17/11/08

La Venganza de la carne

Cada año se gastan miles de millones en publicidad para promover el consumo de carne y sus derivados.
Lo que los mensajes publicitarios no nos dicen es la cantidad de benzopireno (carcinógeno causante de tumores de estómago y leucemias) que se ingiere con cada kilo de carne de vaca preparada a la parrilla, equivalente a fumarse 600 cigarrillos.

Lo que la televisión no nos muestra son los cadáveres de animales tan infectados con cánceres que no se pueden vender directamente a los consumidores, debiendo previamente ser transformados en comida para pasto de animales (aves, etc...), antes de acabar en el plato de los consumidores; tampoco nos informan de los efectos devastadores de los antibióticos y las hormonas (tetraciclina, penicilina, sulfamida, nitrofuranos, clem-buterol (somatotropina bovina), BST, etc.), que contienen las carnes.

Nuestra salud se ve también amenazada por el hecho de que el ser humano no tiene nada en común con los animales carnívoros,
cuyas mandíbulas, sin molares como los nuestros, disponen de dientes puntiagudos que les permiten desgarrar la carne. Su estómago produce una concentración de ácido clorhídrico diez veces mayor que la del ser humano. Además, su sistema digestivo es tres o cuatro veces más corto que el nuestro. Por lo cual, las toxinas de la carne en estado de putrefacción –eliminadas rápidamente por los ácidos gástricos de los animales carnívoros- son absorbidas por la sangre y pueden causar
enfermedades después de permanecer mucho tiempo en el intestino. Por otra parte, nuestro hígado -relativamente más pequeño- está constantemente estresado debido a la presencia de un nivel de ácido úrico más alto de lo normal.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras ONG’s aconsejan cambios en la alimentación para prevenir las enfermedades del corazón, consistentes en una disminución.radical en el consumo de productos de origen animal y un aumento en el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales -estudios epidemiológicos como el realizado en el Centro Alemán para la Investigación del Cáncer (DKFZ), de Heidelberg, demuestran que las personas que llevan una dieta
exclusivamente vegetariana tienen menor tendencia a desarrollar ciertos tipos de cáncer relacionados con la dieta-, pero estas necesarias recomendaciones chocan con la censura de las industrias cárnicas y de productos lácteos que presionan a los gobiernos, en defensa de sus intereses para que todo siga igual.
Mientras unos prosperan, a expensas de nuestra salud, con el aumento en el consumo de carne debido a las campañas publicitarias engañosas, el número de enfermedades y de muertos directamente relacionados con las enfermedades del corazón, cáncer de colón, diabetes, leucemia, afecciones de hígado y riñón, etc.,
también crece. Lo triste y lamentable de tal situación es que ya existe una solución preventiva y eficaz -sin ningún apoyo, institucional - que implica un rechazo a la carne como alimento y la adopción de un estilo de vida no violento y sano, basado en los principios del veganismo, que permite vivir con salud y dejar vivir a los demás.

Extraído de www.mundovegetariano.com

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