17/11/08

LA DIETA BAJA EN PROTEINAS ES LA DIETA HUMANA

El bíblico, hermafrodita y auto-fertilizante Adán y otros individuos partenogénicos eran definitamente no-carnívoros. Sus necesidades dietéticas se expresan específicamente "Y Dios dijo: Contemplad todas las hierbas que os he dado sobre la faz de la tierra y las frutas de los árboles; serán tu carne" . En tiempo de Matusalem no se exigía una preparación dietética complicada, solamente lo que venía directamente del árbol o la planta.

Es difícil ver que el hombre primitivo no tenía garras ni colmillos, ni la velocidad en los pies para coger presas, podría haber sido todo menos el animal frugívoro que Charles Darwin y Julian Huxley mantienen que fue.

En "El origen del Hombre", Darwin muestra una relación inequívoca entre los monos frutívoros antropoides y el hombre en su estructura y función. Sería extraordinario que todos los primates, excepto el hombre fueran frugívoros.

Un residuo definitivo de las verdaderas necesidades dietéticas del hombre es el primer alimento que ingeriría, que emergería, naturalmente, de la leche del pecho de la madre.

Una comparación, a igual medida, de la leche materna y la fruta, muestra que la leche de la madre tiene el contenido en calcio de una naranja; los valores de sodio de un melón, el valor en potasio de las frambuesas, el peso en magnesio de una manzana, la composición férrica de las grosellas, el cobre de los higos, el fósforo del limón, el cloro de la piña, el azufre de la naranja, la vitamina A de la ciruela, la B1 de la uva, la B2 de la banana, las calorías de las peras.

Incluso el contenido proteínico de la leche de la madre humana ambívora tiene un promedio de 1,4%. Este pequeño porcentaje proporciona al bebé todos los aminoácidos esenciales y proteínas, durante el período de crecimiento. Los humanos adultos no tienen necesidad de valores tan altos de proteína una vez que han terminado de crecer. El exceso de las necesidades dietéticas provocará gordura y enfermedades.

Hay muchos ejemplos de dietas carnívoras que producen individuos robustos y aparentemente saludables. Fue el Dr. L.H. Neuberg, de la Universidad Ann Arbor, quien descubrió que cuando alimentaba a los animales de laboratorio con grandes cantidades de carne, crecían más grandes y más alerta que otros animales con dieta vegetariana. Pero tres meses más tarde, estos animales contrajeron enfermedades renales y murieron, mientras los animales vegetarianos vivieron saludable y felizmente.

El espectro de contenido de proteínas en la fruta fue de 0,4 a 2,2%, que es, aproximadamente, el espectro proteínico de la leche materna humana. La carne tiene del 10 al 24% de proteína, y es un alimento inadecuado para el hombre. Los granos, nueces y semillas tienen de un 10 a 50% de proteína y a menos que estén germinados (y por lo tanto reducen la concentración protéica) son alimentos inadecuados para los humanos.

Por sentido común anticiparíamos que la concentración proteica en la leche materna humana debería ser mayor que en una gata madre si el tamaño del organismo producido fuera el criterio principal. Las necesidades proteicas humanas se parecen más a las necesidades proteicas del mono frutívoro. Cualquier gorila puede probarte que sus cuerpos grandes y fuertes, se construyen con proteína frutal.

El ser humano requiere una dieta proteínica mínima cuando se obtiene de germinados, hierbas y fruta. La composición proteínica del cuerpo es cero en cambio constante, con proteínas que se degradan y resintetizan constantemente. La degradación del tejido proteínico y la proteína de la dieta contribuyen a un caldo metabólico común de nitrógeno del cual salen los aminoácidos para reconstruir el tejido proteico y la formación de proteínas nuevas para el crecimiento. Hay mucho reciclado de proteínas.

El ser humano necesita los ocho aminoácidos esenciales que se encuentran en una proteína completa. Una proteína es completa si puede mantener un cuerpo saludable. Los animales más fuertes -el buey, elefante, caballo- viven con una dieta herbívora... El gorila puede mantener la vida con la proteína que le proporciona una dieta frutívora, naranjas, bananas, mangos. El sistema digestivo del ser humano y su carácter psicológico es idéntico al del gorila, además la gente puede mantenerse con una dieta de frutas.

Extraído de: www.mundovegetariano.com


La Venganza de la carne

Cada año se gastan miles de millones en publicidad para promover el consumo de carne y sus derivados.
Lo que los mensajes publicitarios no nos dicen es la cantidad de benzopireno (carcinógeno causante de tumores de estómago y leucemias) que se ingiere con cada kilo de carne de vaca preparada a la parrilla, equivalente a fumarse 600 cigarrillos.

Lo que la televisión no nos muestra son los cadáveres de animales tan infectados con cánceres que no se pueden vender directamente a los consumidores, debiendo previamente ser transformados en comida para pasto de animales (aves, etc...), antes de acabar en el plato de los consumidores; tampoco nos informan de los efectos devastadores de los antibióticos y las hormonas (tetraciclina, penicilina, sulfamida, nitrofuranos, clem-buterol (somatotropina bovina), BST, etc.), que contienen las carnes.

Nuestra salud se ve también amenazada por el hecho de que el ser humano no tiene nada en común con los animales carnívoros,
cuyas mandíbulas, sin molares como los nuestros, disponen de dientes puntiagudos que les permiten desgarrar la carne. Su estómago produce una concentración de ácido clorhídrico diez veces mayor que la del ser humano. Además, su sistema digestivo es tres o cuatro veces más corto que el nuestro. Por lo cual, las toxinas de la carne en estado de putrefacción –eliminadas rápidamente por los ácidos gástricos de los animales carnívoros- son absorbidas por la sangre y pueden causar
enfermedades después de permanecer mucho tiempo en el intestino. Por otra parte, nuestro hígado -relativamente más pequeño- está constantemente estresado debido a la presencia de un nivel de ácido úrico más alto de lo normal.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras ONG’s aconsejan cambios en la alimentación para prevenir las enfermedades del corazón, consistentes en una disminución.radical en el consumo de productos de origen animal y un aumento en el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales -estudios epidemiológicos como el realizado en el Centro Alemán para la Investigación del Cáncer (DKFZ), de Heidelberg, demuestran que las personas que llevan una dieta
exclusivamente vegetariana tienen menor tendencia a desarrollar ciertos tipos de cáncer relacionados con la dieta-, pero estas necesarias recomendaciones chocan con la censura de las industrias cárnicas y de productos lácteos que presionan a los gobiernos, en defensa de sus intereses para que todo siga igual.
Mientras unos prosperan, a expensas de nuestra salud, con el aumento en el consumo de carne debido a las campañas publicitarias engañosas, el número de enfermedades y de muertos directamente relacionados con las enfermedades del corazón, cáncer de colón, diabetes, leucemia, afecciones de hígado y riñón, etc.,
también crece. Lo triste y lamentable de tal situación es que ya existe una solución preventiva y eficaz -sin ningún apoyo, institucional - que implica un rechazo a la carne como alimento y la adopción de un estilo de vida no violento y sano, basado en los principios del veganismo, que permite vivir con salud y dejar vivir a los demás.

Extraído de www.mundovegetariano.com